Las temperaturas más bajas son las más peligrosas para la salud cardíaca, según un estudio con millones de hombres durante décadas.
¿Es mejor el frío o el calor? La clásica discusión entre frioleros y calurosos cuando llega el solsticio cuenta con una respuesta que equilibra sus argumentos. Para la salud cardíaca, las temperaturas más extremas son perjudiciales, ya sean las más bajas o las más altas (aunque las invernales son más amenazadoras), según una ambiciosa investigación de la Asociación Americana del Corazón.
Los cardiólogos estadounidenses querían averiguar cómo afecta el tiempo atmosférico al corazón y recogieron en una análisis multinacional los datos de 32 millones de muertes por causas cardiovasculares durante las últimas cuatro décadas. Ajustaron las fechas, segmentaron los datos por ciudades de los cinco continentes y descubrieron que cuando las temperaturas eran más extremas se agudizaban los problemas cardíacos (enfermedades cardiovasculares, infartos, cardiopatías isquémicas, fallos cardíacos y arritmias).
Según el informe publicado en la revista científica Circulation, los números revelaron que en los días de calor extremo se habían producido 2,2 muertes sobre la media por cada 1.000 muertes relacionadas con el corazón y 9,1 fallecimientos más en los días más fríos. En detalle, los fallos al corazón fueron 2,6 más con temperaturas muy altas y 12,8 más con las más bajas.
Para los cardiólogos, esta revelación abre una nueva vía de investigación sobre los problemas cardíacos. «1 de cada 100 muertes cardiovasculares puede atribuirse a días de temperaturas extremas y los efectos de la temperatura fueron más pronunciados al observar las muertes por insuficiencia cardíaca», explicó Haitham Khraishah al presentar el estudio que ha codirigido desde la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland (Estados Unidos).
¿Por qué los días muy calurosos o muy fríos dañan el corazón?
Mientras que se conoce la relación directa de los trastornos causados por el alcohol, el tabaco o el sedentarismo, la conexión con el calor o el frío extremo todavía no se ha estudiado en profundidad. «Todavía no conocemos la razón. Puede explicarse por la naturaleza progresiva de la insuficiencia cardíaca como enfermedad, lo que hace que los pacientes sean susceptibles a los efectos de la temperatura», reconoció Haitham Khraishah al presentar los resultados.
Con esta investigación como base, los cardiólogos norteamericanos han insistido en la necesidad de la prevención en las personas más vulnerables a problemas de corazón cuando lleguen las temperaturas más extremas. Por este motivo, han ofrecido una serie de consejos para mantenerse frescos en veranos y calientes en invierno.
Consejos de la Asociación Americana del Corazón para mantener una temperatura saludable en días fríos:
- Mantenerse activo de manera segura. Vestir varias capas de ropas al aire libre eita la hipotermia y los síntomas de congelación. Es bueno mantener la actividad física, pero es mejor no sobreexponerse al aire libre en invierno.
- Hidratación. Aunque con el frío se rebaja la sensación de sed, eso no significa que se haya bebido suficiente agua. Incluso cuando no se suda hay que beber agua para mantenerse hidratados.
- Vigilar la calorías de las bebidas invernales. El chocolate caliente y otras preparados para elevar la temperatura pueden contener demasiado azúcar y grasa.
- Vacunarse. La gripe y la covid-19 son «especialmente peligrosos» para la persona con trastornos cardiovasculares.
- Aprender reanimación cardiovascular. La nieve y la lluvia pueden ralentizar la llegada de los servicios de emergencia, así que administrar una reanimación (CPR) puede triplicar las posibilidades de supervivencia de una persona que ha sufrido un incidente cardíaco.
Consejos de la Asociación Americana del Corazón para mantener una temperatura saludable en días cálidos:
- Elegir el mejor horario. Salir por la mañana temprano y o al atardecer evitará ponerse en riesgo por las elevadas temperaturas del mediodía y la tarde.
- Vestirse ligero y con tejidos frescos como el algodón. Además, es recomendable taparse la cabeza con una gorra o un sombreo y ponerse gafas de sol. Por supuesto, hay que aplicarse crema solar y renovar la protección al menos cada dos horas si está al aire libre.
- Beber. Hidratarse es especialmente importante antes y después de una actividad física. Se recomienda beber un par de vasos de agua antes, durante y después del ejercicio o de salir al aire libre. También se recomienda evitar las bebidas alcohólicas o con cafeína.
- Paréntesis. Parar a la sombra o en lugar fresco cada cierto tiempo.
- Hacer caso al médico. Ya sea con las prescripciones de fármacos recomendadas o con el resto de consejos.
Fuente: Men’s Health